Iniciamos una nueva serie de artículos centrada en los juegos que más han captado la atención de los aficionados en la pasada feria de Essen con Tournay, de Sébastien Dujardin, Xavier Georges y Alain Orban, que terminó la feria en primera posición en la lista elaborada por la prestigiosa revista alemana de juegos de mesa Fairplay. Con ello, la editorial belga Pearl Games repite el éxito conseguido el pasado año con Troyes, de los mismos autores.
Tournay se agotó durante la jornada matinal del domingo (o tal vez a última hora del sábado) y las mesas del stand de la editorial estaban permanentemente ocupadas por lo que para la mayoría de los que lo intentamos fue imposible jugar ni siquiera apenas unas rondas. Aunque la estética, que comparte con el primer lanzamiento de la editorial, pueda llamar a engaño, Tournay es un juego completamente diferente a Troyes.
Tournay es básicamente un juego de cartas para de 2 a 4 jugadores y una hora de duración (aunque tenga algunas mecánicas de colocación de trabajadores) que se dividen en cinco tipos diferentes: edificios, personajes, edificios prestigiosos , pregoneros (que en conjunto se denominan cartas de actividad) y eventos (que tienen un tratamiento diferente). Las cartas, divididas en tres niveles, se separan formando 9 mazos diferentes. En las cartas de personaje, edificio y edificio prestigioso se indica su coste, el número de puntos de prestigio que otorgan, el tipo y el efecto que tiene.
Durante su turno, los jugadores pueden primer lugar y de forma opcional, añadir una carta de su mano a su barrio, constituido por una cuadrícula imaginaria de 3×3 cartas, de forma que sea ortogonalmente adyacente a una de sus cartas previamente colocadas, pudiendose también construir encima de una de ellas.
Posteriormente, los jugadores deben realizar una de las siguientes acciones con sus ciudadanos de forma obligatoria:
- Coger una carta de los mazos. De forma resumida, los jugadores pueden obtener cartas de nivel I si tiene un ciudadano del color correspondiente, una de nivel II si tienen dos ciudadanos o de nivel III si posee tres ciudadanos. Si la carta robada es una carta de pregonero, se activan los eventos que no hayan sido resueltos previamente.
- Activar un edificio de su propio barrio, que no esté previamente ocupado, para obtener los beneficios que otorga.
- Resolver una carta de evento, asumiendo el coste que ello conlleve en cada caso.
- Ganar monedas, dos por ciudadano que se emplee para este fin.
- Reunir a sus ciudadanos en la carta de plaza, lo que hace que los ciudadanos usados vuelvan a estar disponibles.
La partida termina cuando un jugador logra completar los 9 espacios de su barrio, teniendo al menos 2 edificios prestigiosos o cuando han aparecido en el juego un número de pregoneros igual al número de jugadores menos uno. Cualquiera de las dos opciones provoca la finalización de los últimos turnos de los jugadores y tiene lugar una ronda final de puntuación.
Muchas gracias por esta reseña, es la primera que leo con mas detalle sobre el juego. Esto alimenta mis ganas de tenerlo.