Con este artículo inauguramos una nueva sección en CUBO Magazine dedicada al análisis de proyectos de financiación colectiva relacionados con los juegos de mesa. A través de esta serie de artículos trataremos de dar una mayor visibilidad a proyectos que nos llamen la atención y que poco a poco se están convirtiendo en una tendencia a tener en cuenta en el sector.
Comenzamos esta serie de artículos hoy con el análisis de Leelawadee, el nuevo juego del autor holandés Corné van Moorsel, que recientemente hemos podido probar a través de un prototipo print&play. La campaña de financiación en Spieleschmiede afronta actualmente su sprint final con la tranquilidad de haber conseguido su objetivo de forma holgada. De esta manera la plataforma creada por la tienda online alemana Spiele-Offensive continúa su proyecto tras financiar con éxito juegos como Express 01 de Jörg von Rüden (Eggertspiele), Bankraub de Till Meyer (Spieltrieb) o la versión en alemán e inglés de 12 Realms de Ignazio Corrao (Mage Company). Como novedad en este tipo de proyectos en la página de la campaña se incluye una opción para financiar la inclusión de reglas en castellano.
En Leelawadee los jugadores, en el papel de jardineros, comienzan la partida con un pequeño terreno en el que tienen que cultivar flores de diferentes colores, con el objetivo de atraer a la mayor cantidad y variedad posible de mariposas. La partida de divide en cinco rondas durante las cuáles los jugadores puntúan por las mariposas (y algún otro visitante más que veremos más adelante) que hayan logrado atraer a su jardín. En cada ronda se sacan de la bolsa una cantidad de flores igual al número de jugadores multiplicada por dos (para dos jugadores, 4 flores) y tras ello el jugador inicial, que va rotando conforme avanza la partida, escoge una de las flores y la coloca en uno de los 10 espacios disponibles de su jardín, procediendo el resto de jugadores de la misma forma hasta que no quedan flores.
Tras ello se comprueba hacia cuál de los jardines son atraídas las mariposas, de las que existen tres tipos diferentes. Las mariposas de un solo color serán atraídas por la mayor o igual área conectada de flores del mismo color que cada una de las mariposas. Las mariposas de dos colores son atraídas por el jardín en el que se encuentren conectadas ortogonalmente dos flores de sus mismos colores. Por último, la mariposa multicolor se dirigirá al jardín en el que se encuentren representadas la mayor cantidad de colores diferentes en un área conectada de flores. Además de las mariposas, en el jardín hay un abejorro que será atraído por el jardín que tenga la mayor área conectada de flores del mismo color.
Cada una de las mariposas (y también el abejorro) otorgan puntos de forma creciente al final de cada ronda de dos formas diferentes que se anotan en una tabla. Las mariposas que hayan sido atraídas en la ronda actual desde el jardín de otro jugador o de la reserva otorgan puntos dependiendo de la ronda en la que nos encontremos (por ejemplo, en la ronda 3 proporcionan 3 puntos). Las mariposas que hayan permanecido en un jardín de una ronda anterior, solo otorgan la mitad de puntos (redondeando hacia abajo).
Al final de la partida los jugadores contabilizan los puntos obtenidos en cada una de las rondas restando 6 puntos por cada color que no esté representado en su jardín. Tras el recuento final, el jugador con más puntos es el ganador de la partida.
Leelawadee tiene una profundidad táctica mucho más profunda de lo que pueda parecer en un principio y tras la lectura de sus escasas dos páginas de reglas, ya que desde la primera ronda los jugadores han de tomar decisiones que condicionarán el resto de la partida. Los jugadores no pueden conformarse con mantener las mariposas que han atraído en rondas anteriores sino que deben intentar atraer a mariposas de otros jardines constantemente, ya que éstas otorgan el doble de puntos, a veces aún a costa de dejar escapar una de las mariposas de su propio jardín. Esto resulta especialmente crucial en partidas de dos jugadores, en las que mariposas pueden cambiar alternativamente de un jardín a otro. Además, los jugadores han de tener en mente la posible penalización al final de la partida por cada color de flor que falte en su jardín, y que en buena medida también determinará su estrategia en la partida. En definitiva, un juego fácil de explicar y de partidas relativamente cortas pero con multitud de posibilidades estratégicas.
Sólo dos contribuciones más para conseguir la inclusión de reglas en castellano. Animaos!! (y vuestra nombre quedará inmortalizado en el libro de reglas…).