Unas semanas después de la feria se puede decir que Packet Row, diseñado por Henrik Berg y Åse Berg y publicado por White Goblin Games, no ha conseguido destacar demasiado entre la multitud de novedades presentadas en Essen. Tras la publicación de juegos como Rattus y todas sus expansiones y variantes (publicado asimismo por la editorial holandesa) u Oregon, publicado por Hans im Glück, la pareja de diseñadores llegaba a la feria con el juego publicado simultáneamente en una edición internacional y otra exclusivamente en alemán editada por Pegasus Spiele, ilustradas por Michael Menzel.
El juego sitúa a los jugadores en el puerto de Nueva York en 1842 en pleno auge comercial. En esos momentos la actividad en el puerto era frenética y los barcos cargados de fardos de las más diversas mercancías llegaban y salían de puerto constantemente. Debido a la gran cantidad de barcos que llegaban en numerosas ocasiones muchos de ellos debían esperar en fila por lo que a la zona de los muelles se le comenzó a conocer como la fila de los fardos.
En Packet Row cada uno de los jugadores representa a una compañía de comercio diferente intentando obtener la máxima cantidad de beneficios posible de sus transacciones. Sin embargo, en Packet Row no gana necesariamente el jugador que haya obtenido más dinero ya que durante la partida deberán ayudar a la construcción de la ciudad en el momento correcto para obtener un buen número de puntos de victoria.
En Packet Row tenemos cuatro tableros diferentes en los que se disponen cuatro tipos diferentes de cartas: gremio, muelles, mercado y banco. En ellas los jugadores pueden adquirir cartas colocando sus trabajadores sobre ellas mediante una elegante mecánica. En cada uno de los tableros hay un número determinado de cartas (dependiendo del número de jugadores) de suministro actual y dos cartas de suministro futuro, que entrarán en juego en la ronda posterior. En cada ronda el jugador inicial elige uno de los tableros y pregunta al resto de jugadores, por orden de turno, si desean adquirir una carta del suministro actual de dicho tablero, en cuyo caso colocan uno de sus trabajadores sobre la carta que desean. Una vez que todos los jugadores han decidido, el jugador inicial puede elegir entre escoger una de las cartas restantes o bien escoger una carta de uno de los tres tableros restantes. Algunas de cartas tienen un coste, que los jugadores han de pagar inmediatamente antes de añadirlas a su mano.
Cuando la ronda termina se prepara una nueva ronda devolviendo los trabajadores a los jugadores y descartando todas las cartas del suministro actual de aquellos tableros en los que los jugadores hayan colocado trabajadores. Asimismo, se colocan las cartas de suministro futuro como cartas de suministro actual y se rellena con cartas del mazo hasta completar todos los espacios y se vuelven a rellenar los espacios de suministro futuro. La pieza de jugador inicial pasa al siguiente jugador y comienza una nueva ronda.
El objetivo principal del juego consiste en adquirir mercancías y el barco necesario (de una nacionalidad determinada) para cumplir los diferentes contratos con los que finalmente obtener puntos de victoria. Asimismo los jugadores no pueden descuidar su suministro de dinero que han de asegurarse con las cartas del tablero del banco. Los contratos pueden cumplirse en cualquier momento de la partida e incluso pueden combinarse pudiéndose cumplir varios en el mismo turno.
La partida termina cuando, dependiendo del número de jugadores, el suministro de barcos no puede rellenarse en una determinada ronda. Posteriormente los jugadores suman los puntos de victoria obtenidos con sus contratos o cartas de puntos directos (además hay unas cartas de Banquero que también otorga puntos de victoria al final de la partida a los jugadores si son los que tienen más dinero al final de la partida y cada 10$ dólares también otorgan un punto) y aquel que más puntos haya obtenido es el ganador.
Los componentes del juego difieren levemente entre las dos ediciones del juego. Mientras que en la edición de White Goblin Games se usan tableros forrados tradicionales (en la copia con la que jugamos estaban pegados al revés, algo que no sé si ocurre con todas las copias) mientras que en la edición de Pegasus Spiele los tableros son cartones gruesos. El resto de componentes son muy buenos y las ilustraciones muy llamativas aunque como suele ocurrir, la caja tiene un tamaño demasiado grande para lo que contiene.
La interesante mecánica de selección de cartas, su corta duración (en torno a una hora para 4 jugadores) y su alta interacción hacen de Packet Row un título bastante interesante que sin duda gustarán a aquellos jugadores que disfruten de los juegos ligeros. Tal vez lo más interesante del juego sea decidir qué cartas entre las disponibles puedan interesar al resto de jugadores cuando el jugador en turno es el jugador inicial entrando en un enfrentamiento psicológico con el resto. Dicha mecánica funciona a la perfección y debido a la ajustada duración de partida no llega a saturar.