Que la serie de juegos para dos de Kosmos es magnífica es un hecho muy conocido. En su catálogo encontramos algunas pequeñas maravillas totalmente adaptadas a los jugones que no siempre pueden juntarse con varios seres humanos, y se quedan en pareja. Juegos rarunos como Druidenwalzer (una preciosidad de cartas para uno de los juegos más extraños que he tenido el placer de probar), originales tira y afloja como Reeperbahn, versiones para dos de juegos archiconocidos como el Genial Reiseedition o el Ubongo das Duell, o maravillas como el Odin’s Ravens, entre otros. Balloon Cup es una trepidante carrera de globos, que sin llegar a la excelencia, proporciona un muy buen rato, aunque haya que hacer un pequeño esfuerzo para disfrutar de sus variantes, evitar sus situaciones de cierre, o comprender algunos de sus turnos.
Kosmos es una editorial que no se piensa mucho el tema de las cajas. Formato grande, o formato pequeño para los juegos de dos, fundamentalmente. Balloon Cup, al ser un juego para dos, tiene la misma caja que los demás de la serie, que en España podemos ver muy fácilmente en Exploradores. Se trata de un formato bastante adecuado, fácilmente transportable y guardable. La portada, de Jürgen Zimmermann, es bastante bonita, y nos mete de lleno en el tema de las carreras de globos. La trasera nos muestra un dibujo de lo que sería una partida en desarrollo, además de la típica información del número de jugadores, tiempo de partida y edad recomendada. En este caso, nos dicen que es a partir de 10 años. Además, nos indican que se trata de un juego “ligero y divertido”, lo que es bastante cierto.
Dentro de la caja tenemos un inserto de plástico negro con su sitio para los componentes, a saber: una barajita de cartas, cuatro losetas numeradas y a doble cara, cubitos de cinco colores diferentes, y una bolsita de tela blanca. Además del folleto de reglas. Los cubitos son totalmente normales, nada que decir. La bolsa es sosa, supongo que costará bastante hacerle un dibujo o algo, pero quedaría mucho más chula (Esto es aplicable en realidad a casi todas las bolsas en los juegos). Además, es para meter lo cubos, y se me antoja demasiado grande para los 45 cubos que trae el juego. También es verdad que la mano te cabe bien, así que no nos pondremos refunfuñones. Las losetas, de cartón, suficientemente duro y gordito, y con bonitas ilustraciones en ambas caras, por un lado montañas, y por el otro praderas. Y las cartas.
Hay que ver el juego que dan las cartas con numeritos. Es incontable la cantidad de juegos que se han producido cuyo elemento principal sean unas cartas. Si además las cartas están divididas en palos diferentes, con sus colores, pues nos dan más juego todavía. Y en este caso tenemos cinco colores (esto es muy típico, sospecho que para que no puedas jugar con las barajas de toda la vida, que tienen cuatro palos), cada uno de ellos con diferente número de cartas, lo que le da el punto diferente. Cada color tiene una ilustración ligeramente diferente (el globo tiene pequeñas diferencias, así como el tipo que lo maneja), y los números más bajos tienen el globo mucho más grande que los más pequeños. Y lo más importante, el número lo tiene en las cuatro esquinas, por lo que se perfectamente, que a efectos de juego es lo que importa. Bordes blancos, y grosor suficiente para el escaso nivel de barajeo que necesita el juego.
En general, nada que emocione, pero todo muy correcto y funcional. Me gustaría señalar mi experiencia con el servicio de reposición de Rio Grande con este juego. Dos de las losetas venían manchadas de tinta negra por una de las caras. Nada que impidiera jugar, pero quedaba bastante feo. Escribí, y en una semana recibí el repuesto de las dos losetas en mi casita, gratuitamente. Así da gusto.
Las reglas, las comentamos a continuación, porque es donde pueden aparecer ciertas críticas.
Volando voy, volando vengo.
Si el vértigo te impide disfrutar de un viaje en globo, puedes intentar satisfacer tu deseo reprimido con Balloon Cup. Ciertamente, no es lo mismo, pero más SEGURO. En realidad, como es habitual, se trata de un tema totalmente pegado, aunque todo el diseño y grafismo está bien implementado, y se agradece.
El objetivo del juego es conseguir tres de los cinco trofeos en juego, uno por cada color. Para ganar cada trofeo (representados por cartas), se necesita un determinado número de cubos de ese color, 3 para el gris, 4 para el azul, 5 para el verde, 6 para el amarillo, y 7 para el rojo. De modo que la idea es jugar nuestras cartas para conseguir cubos, y con los cubos reclamar trofeos.
Para empezar, se disponen las cuatro losetas numeradas del 1 al 4, con las caras alternadas, dos en la pradera, y dos en la montaña. De la bolsa se sacan cubitos al azar, y se coloca uno en la loseta 1, dos en la loseta 2, tres en la 3 y cuatro en la 4. Y se reparte ocho cartas a cada jugador. Por turnos, cada jugador coloca una carta adyacente a una loseta, compitiendo por esos cubos. Como veis, el mecanismo es más sencillo que echar a volar un cacharro de estos.
La gracia del juego es que no puedes echar las cartas como a ti te plazca, faltaría más. En cada loseta caben de 1 a 4 cartas, y las cartas deben ser del color de los cubos. Así, en la loseta 3 hay tres cubos, pongamos que uno rojo y dos azules. Por tanto, debes poner una carta roja, y dos azules. Si en la loseta 1 hay un cubo gris, sólo hay que poner una carta gris. Para la dos y la cuatro confío en vuestra imaginación.
Una vez que en una loseta se han puesto todas las cartas posibles, se decide quién gana los cubos. Y esto depende de que la loseta esté por la cara de las montañas, gana el jugador que sume más con sus cartas, o praderas, el que sume menos. En caso de empate, gana quien ha colocado la última carta. Se le da la vuelta a la loseta, se sacan nuevos cubos, y se sigue por el jugador que ha perdido en esa loseta.
De este modo, se van acumulando cubos, con los cubos trofeos, y con tres trofeos, partida al canto. Los cubos de trofeos ya reclamados no son inútiles, ya que pueden utilizarse como comodines a un cambio de 3 por 1. Lo que veremos que puede ser importante (y confuso).
Variantes, cierres y otras pequeñas cosas.
El detalle que hace todo esto mucho más atractivo es la asimetría de los trofeos. Para el gris hacen falta sólo tres cubos, pero es que sólo hay cinco en juego en total, y en la baraja sólo hay cinco cartas grises. Para el rojo, hacen falta siete cubos, pero hay trece cubos en total, y trece cartas. Total, que en cierto modo están compensados, pero a la vez la situación de la partida nos puede llevar a tener ciertas urgencias por ciertos colores. Y otro detalle, muy interesante, es que podemos jugar cartas no sólo en nuestro lado, sino en el del contrario. Para molestar, claro. Las reglas publicadas dicen que en cualquier momento puedes jugar una carta sobre el lado contrario. Aquí es donde vamos a empezar a hablar de este anexo de reglas, donde entre otras cosas, se nos dan otras opciones. Por ejemplo, que ya hayas puesto todas las cartas en tu lado, que al parecer eran las reglas originales del autor. O mi variante favorita, que hayas puesto todas las de un color en tu lado, para poder poner una de ese color en el contrario.
Por cierto, poner carta es obligatorio, y si la única que puedes poner ayuda a tu oponente, chinchas. En el caso de no poder poner carta, te descartas hasta de 4 cartas, y pones. Si todavía no puedes, pierdes el turno. En un acto de desconfianza absoluta, las reglas indican que debes enseñarle a tu oponente las cartas, para que vea que de verdad de la buena no puede poner carta. Con tu primo mafioso vale, pero entre caballeros, eso sobra.
En este anexo también se explica, paso a paso, la secuencia a seguir tras la puntuación de una loseta, teniendo en cuenta los cambios de cubos comodín. Tiene su truculencia, y aunque en las reglas viene explicado a la perfección, al no venir detallado paso a paso, es fácil equivocarse. La cosa es que el vencedor de la loseta toma los cubos, y entonces, reclama todos los trofeos que pueda, pudiendo utilizar opcionalmente comodines, si los tuviera. Tras esto, el contrario, puede reclamar un trofeo si tiene los cubos necesarios, nuevamente incluyendo los comodines que tuviera. Si lo reclama, habrá un nuevo color comodín, y puede que el ganador de la loseta pueda volver a pedir trofeos. Y así se continúa. Reclamar cuando se tienen los cubos del color es obligatorio, pero usar los comodines es opcional.
Esto, al final de la partida, puede ser muy importante, y hacer la elección de los trofeos en el orden adecuado puede darte la victoria o dársela al contrario, lo que viene ilustrado muy bien en un ejemplo de las reglas.
Y más cosas que vienen en este anexo. La distribución de las cartas, no sólo cuantas hay de cada color, sino cuales, bastante importante a la hora de echar tus cuentas. Y la regla para evitar bloqueos, algo que se les pasó en el playtesting o a la hora de redactar las reglas, o que simplemente el autor no considera realmente un problema. En las reglas pone que en cada loseta no puede haber más de dos cubos de cada color. Vale, eso le da colorido y variedad. Pero no dice nada del total de cubos en juego.
El ejemplo más fácil, imaginemos que salen 3 cubos grises en total. Cada jugador debe poner en juego 3 cartas, ¡pero sólo hay 5 grises! Esto forzaría a tener que esperar al agotamiento de toda la baraja, dejando bloqueada una loseta por demasiado tiempo. No parece demasiado razonable. Para evitarlo, basta con no permitir que haya en juego un número de cubos de un color igual al número necesario para ganar el trofeo.
Inflando globos
Pues esto viene a ser Balloon Cup, un entretenimiento ligero y bonito, apto para jugar con todo el mundo, con sus pequeñas maldades al colocar cartas en el lado contrario, y con la estrategia de elegir los mejores momentos para utilizar los comodines. Saber entrar en luchas ganadoras, evitando las guerras perdidas, y así maximizar tus cartas. Un juego sencillo y rápido, que puedes practicar antes en el magnífico portal de Yucata, aunque al tratarse de turnos, la partida es larga. Hay que decir que en esta implementación las reglas aplicables son las originales publicadas, y por tanto, no es factible probar variantes (salvo que ambos contrincantes se pongan de acuerdo, sean honorables, y no se equivoquen luego). La implementación por lo demás funciona muy bien.
El juego funciona muy bien, y personalmente creo que para los aficionados no jugones puede ser bastante exitoso, por su sencillez, y su punto de emoción al estar pendiente de si el contrario tendrá o no esa carta que nos arrebataría los cubos de esa loseta por la que tan duramente hemos luchado. Por ponerle alguna pega, además de que algunos puntos de reglas no vengan todo lo claros que podrían, sería el precio. Ronda los 18 euros, y personalmente creo que no viene material para ese dinero, aunque ya sabemos que eso de los precios es un poco misterioso. Por lo demás, una muy buena opción para cuando tres son multitud.
Balloon Cup
Stephen Glenn, ilustrado por Jürgen Zimmermann
30 minutos, 2 jugadores.
Kosmos, RioGrande Games, 2003.
Una reseña de Francisco Javier Santos
Magnifica reseña Javi como todas las que haces.
Gran juego este balloncup para cuando 3 son multitud, sencillo y entretenido.
Lo unico señalarte que cuando ambos jugadores empatan a puntos en una loseta, gana los cubos el primero en poner la ultima carta de su lado.
Un abrazo
Muchas gracias Iñaki.
En las reglas originales de la edición inglesa de RioGrande no dice eso. Literalmente pone que gana el que ha puesto la última carta, sin importar el lugar donde la pone.
Imagino que en diferentes traducciones han podido incluir variantes, o simplemente haber traducido a partir de las reglas alemanas, que a lo mejor son diferentes. No lo sé.
En cualquier caso, creo que es una mera cuestión de ponerse de acuerdo antes de la partida.
Besetes
Yo también he encontrado el desempate como Javi dice. Incluso en las adaptaciones en páginas de juego online es así.
Gran trabajo Javi. Ahora me falta encontarlo para poder pillarmelo :p